La experiencia del servicio social para el campamento #3 fue grata. A pesar de todos los regaños, peleas, indiferencias, exigencias, cansancio, pereza aprendimos algo a ser más humildes, a valorar las cosas, a trabajar duro y a ser independientes.
Fue divertido convivir con personas que tal vez no te hablabas, ya que ellos fueron tu familia por un mes y te dieron su hombro cuando tabas triste o cansado o hasta enfermo.
De la comunidad pues que nos dieron un incondicional apoyo a pesar de lo poco que tenían materialmente porque nos dieron mucho amor, que eso no tiene precio.